jueves, 27 de octubre de 2011

La Vigorexia, un trastorno de nuestros dias.

Por Marel Pérez Pérez


El Arte Clásico de la Grecia Antigua exaltó la belleza y plasmó cánones "ideales" que dieron origen a la cultura del cuerpo o " Culto al cuerpo".  Este culto se basa en consensos sociales y dogmas sobre la apariencia externa que sirve para homogeneizar los valores en torno a lo corporal.

No resulta un secreto que en nuestra época existe una elevada preocupación por la apariencia, funcionamiento y simbolismo que el cuerpo representa. Los medios de comunicación audiovisuales se encargan de mostrarnos imagenes y modelos  ( actores, actrices, deportistas...) que simbolizan el éxito y el alcance de la "felicidad" a través de la búsqueda y alcance del cuerpo "ideal".  Cuántas veces hemos visto y/o escuchado testimonios de fe en la creencia en uno mismo y el esfuerzo, como medios para alcanzar un cuerpo ideal?.......

Este "esfuerzo" casi siempre desencadena en un tipo de dismorfia muscular, más conocida como Vigorexia. La Vigorexia es un trastorno alimentario más propio de los hombres, caracterizado por un "excesivo" culto al cuerpo que tiene su origen en el ideal estético de los cuerpos musculados.

En el Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA) de Barcelona, un reciente estudio analizó la anatomía de diferentes muñecos infantiles de las últimas dos décadas, observando como "cada vez estaban más hipermusculados", lo que a juicio del Psicólogo Antoni Grau, "afecta bastante a un posible trastorno posterior".

De acuerdo a este experto, en las últimas dos décadas se ha producido un mayor incremento de casos de vigorexia en España, afectando actualmente este trastorno a  uno de cada 2.000 hombres, "una prevalencia bastante alta en trastornos mentales", según el autor. No obstante, se ha enfatizado en que deben estar presentes ciertas " vulnerabilidades psicológicas"  para que la presión social sobre el ideal estético de los cuerpos musculados derive en este trastorno.

Las personas aquejadas de Vigorexia se consideran siempre demasiado pequeñas, débiles o "enclenques" por lo que muestran una necesidad exacerbada de aumentar el volumen de su cuerpo y más en concreto, su masa muscular. Suelen realizar largas sesiones de "ejercicio físico compulsivo", de más de 6 horas diarias, siguen una "dieta muy desequilibrada" con alto consumo de proteínas, y más del 50 por ciento utiliza hormonas anabolizantes, además de otro tipo de sustancias para aumentar su rendimiento como cocaína, efedrina o "speed". Muchos han presentado "experiencias prematuras traumáticas, como burlas de pequeño sobre un aspecto débil y enclenque, o una baja estatura, y ahora intentan compensar el daño que les ha hecho esto en su autoestima con una hipermusculatura".

El autor enfatiza que estas personas cada vez presentan más inadaptación social ya que "al estar tan obsesionadas con el culto a su cuerpo, evitan los restaurantes donde no controlan la dieta, todo tipo de relaciones sociales, presentan gran absentismo laboral, y sobre todo, mucho aislamiento social".

Fuente: Psiquiatría.com

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