miércoles, 25 de mayo de 2011

Tres neurocientíficos galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica

Los neurocientíficos Joseph Altman, Arturo Álvarez-Buylla y Giacomo Rizzolatti han sido galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2011. Estos investigadores son considerados referentes mundiales de la neurología por haber proporcionado pruebas sólidas de que las neuronas se regeneran en cerebros adultos (neurogénesis), así como por el descubrimiento de las llamadas neuronas espejo. Sus investigaciones han abierto esperanzadoras vías a una nueva generación de tratamientos para combatir enfermedades neurodegenerativas o asociadas al cerebro, como el Alzheimer, el Parkinson o el autismo.

Joseph Altman inició sus investigaciones en 1961 en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde descubrió la neurogénesis en adultos. Este hallazgo recibió muy poca atención por parte de la comunidad científica hasta que en los años 90 se demostró la veracidad de su teoría. Su labor investigadora certificó la existencia de neurogénesis en algunas áreas del cerebro postnatal y adulto de la rata, especialmente en el bulbo olfativo y el giro dentado. Asimismo, sugirió que estas nuevas neuronas desempeñan un papel crucial en los procesos de la memoria y el aprendizaje. Se ha demostrado que en varias especies, durante la etapa postnatal y a lo largo de toda la vida, continúan generándose nuevas neuronas, especialmente en las zonas subventricular (ZSV) y subgranular del giro dentado (GD) del hipocampo.

Arturo Álvarez-Buylla, licenciado en Investigación Biomédica por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1983, se doctoró en la Universidad de Rockefeller en 1988, y actualmente es investigador y profesor de Anatomía y Neurocirugía en la Universidad de California-San Francisco. Sus principales campos de trabajo son la neurogénesis del cerebro de los mamíferos adultos, el ensamblaje del cerebro, los tumores cerebrales y su curación y la ontogenia y la filogenia del comportamiento. Descubrió que una subpoblación de células gliales funciona como progenitores primarios de nuevas neuronas que se incorporan al bulbo olfativo. Describió en ese sistema la zona sub-ventricular, que es el origen de la neurogénesis de células olfativas en el adulto y la migración en cadena de estas células para alcanzar el bulbo olfativo, siguiendo una vía específica denominada rostral migratory stream. Académico correspondiente extranjero de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España, es, además, miembro de la Sociedad de Neurociencias (EE.UU.), de la Organización Internacional de Investigación sobre el Cerebro y otras.

Giacomo Rizzolatti (Kiev, 1937) cursó sus estudios universitarios en Padua, donde se licenció en Medicina y Cirugía y se especializó en Neurología. Actualmente es profesor de Fisiología del Departamento de Neurociencias de la Universidad de Parma. Sus primeras investigaciones estuvieron centradas en los campos de la fisiología del sueño y la visión. En particular, estudió la organización funcional del colículo superior y del cuerpo calloso del cerebro. Posteriormente, estudió el sistema motor y su papel en la percepción, así como la atención y las relaciones entre atención y el sistema motor. Mientras estudiaba la relación entre el sistema motor y las funciones cognitivas a principios de los 90, Rizzolatti descubrió en el cerebro de los monos un tipo de neuronas que se activaban no sólo cuando el individuo realizaba una acción concreta, sino también cuando observaba a un congénere realizar la misma acción. Denominadas neuronas espejo, este hallazgo inició una revolución en la comprensión del modo en que se interactúa con los demás. Investigaciones posteriores demostraron el papel de estas neuronas en el ser humano y sus distintas implicaciones en las capacidades sensoriales y el desarrollo del leguaje y la comunicación. Las neuronas espejo son las que permiten explicar la imitación y la empatía. Del mismo modo, un déficit de las mismas puede ser responsable de varios síntomas del autismo: los problemas sociales, motores y de lenguaje. Estas neuronas proporcionan un marco adecuado para la comprensión de los mecanismos subyacentes a la empatía emocional, imitación, comunicación y comportamiento social.


Fuente: Revista Muy Interesante

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