sábado, 20 de noviembre de 2010

El "mapa mental" de la religiosidad.

Científicos de la Universidad de Penssylvania, la Johns Hopkins University y la Universidad de Harvard, entre otras, están utilizando tecnologías de punta para analizar el cerebro de personas que afirman haber conocido la espiritualidad (cristianos, monjes budistas, personas que han sufrido experiencias cercanas a la muerte o ECMs, etc.).
Investigadores de la Johns Hopkins University, de Estados Unidos, lograron influir en los niveles de serotonina utilizando una sustancia alucinógena llamada psilocybin, con la que provocaron experiencias místicas en grupos de personas.Se cree que el tronco cerebral constituye la mayor ruta de comunicación entre el cerebro anterior, la médula espinal y los nervios periféricos. En esta región del cerebro es donde se encuentra el sistema de la serotonina, un neurotramisor neuronal que se sabe ayuda a regular el estado de ánimo y el sueño.
De acuerdo con los estudios, otra parte del cerebro que se ubica en el lóbulo temporal podría ser la sede de la espiritualidad humana. Llegaron a esta conclusión estudiando a enfermos de epilepsia, obsérvandose cómo son activadas zonas del lóbulo temporal al sufrir ataques epilépticos. Durante los ataques, los enfermos tuvieron experiencias religiosas (como escuchar la voz de Dios o de los ángeles). De ahí que los científicos establezcan una relación entre ambas experiencias.
Andrew Newberg, de la Universidad de Pennsylvania, asegura que cuando se desarrolla la concentración propia de la meditación o de la oración, la actividad neuronal se intensifica en la parte frontal del cerebro, al tiempo que decrece la actividad en la región de los lóbulos parietales. Esta reducción de actividad neuronal es lo que origina percepciones espaciales anormales, y la pérdida del sentido habitual de uno mismo que se tiene en estado de vigilia.
Ambas condiciones del cerebro propiciarían la llamada experiencia mística, que es la que permite a un sujeto trascender su identidad individual e identificarse con la totalidad que se supone sustenta al universo físico conocido.
Otro aspecto de la espiritualidad humana, cuya relación con el cerebro se está investigando actualmente, es el del efecto de los pensamientos espirituales y de las oraciones sobre la capacidad del ser humano para recuperarse de las enfermedades. Científicos de diversas procedencias, incluidos investigadores del National Institutes of Health, de Estados Unidos, tratan de averiguar, concretamente, si los pensamientos de una persona pueden afectar positivamente al estado físico de otra.

Tomado de Neo Mundo Noticias.

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