sábado, 12 de mayo de 2012

Primera investigación a gran escala sobre las experiencias cercanas a la muerte.




Primera investigación a gran escala sobre las experiencias cercanas a la muerte
El Proyecto Conciencia Humana (el Human Consciousness Project, de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, ha iniciado un curioso estudio, bautizado como AWARE, que supondrá la primera investigación científica a gran escala sobre las llamadas “experiencias cercanas a la muerte” o ECMs.

Se denomina ECM a la amplia gama de experiencias personales asociadas con la muerte inminente, y que consisten en las percepciones que ésta conlleva. Estas percepciones son conocidas gracias a los testimonios de personas que han estado a punto de morir o que han pasado por una muerte clínica, pero después han sobrevivido. En nuestros tiempos, las técnicas de reanimación cardiaca han ayudado a que el número de testimonios de este tipo aumente.

Las sensaciones relatadas por pacientes (como abandonar el cuerpo, levitar, miedo extremo, serenidad total, seguridad, calidez, absoluta disolución o la visión de una gran luz al final del túnel o de seres –que, según las creencias de cada individuo suelen identificarse con Dios, los ángeles, familiares fallecidos, etc.-) han hecho que se les dé a estas experiencias una perspectiva espiritual y paranormal.

Según informa la Universidad de Southampton en un comunicado, la investigación estará dirigida por el doctor Sam Parnia, un experto en el campo de la conciencia durante la muerte clínica, además de autor del libro "What Happens when we die?".

Parnia lleva ya años estudiando este fenómeno. En 2001, por ejemplo, la BBCpublicaba que el investigador había hecho un estudio piloto en el hospital general de Southampton con 63 pacientes que habían sido reanimados tras estar clínicamente muertos.

Cuatro de ellos informaron, en entrevistas posteriores, que habían vivido experiencias paranormales, como atravesar un túnel y reunirse con familiares fallecidos. Algunas de esas personas, incluso, dieron detalles específicos de los intentos de resucitarlos. Parnia declaró entonces que “algún tipo de conciencia debe haber estado presente, puesto que, al regresar, pudieron contarnos lo que les había pasado”.

En el comunicado de la Universidad Southampton, Parnia explica: “contrariamente a la percepción popular, la muerte no es un momento específico. En realidad es un proceso que comienza cuando el corazón deja de latir, los pulmones dejan de trabajar y el cerebro deja de funcionar. Es lo que en medicina se denomina “parada cardiorrespiratoria”, que desde un punto de vista biológico es sinónimo de la muerte clínica”.

Al estado de muerte clínica lo sigue un periodo de tiempo, de entre unos segundos y una hora aproximadamente, en el que los esfuerzos médicos pueden conseguir revertir el proceso de la muerte. Conocer lo que las personas experimentan durante la muerte clínica supone una oportunidad única de comprensión del proceso humano de la muerte, explica Parnia.

Con esta finalidad de conocimiento, y tras una fase piloto del estudio de 18 meses de duración desarrollada en diversos hospitales del Reino Unido, la investigación se extenderá ahora para incluir otros 25 centros hospitalarios británicos, europeos y norteamericanos.

El estudio AWARE aplicará una sofisticada tecnología para estudiar el cerebro y la conciencia humanos durante las paradas cardiorrespiratorias. Al mismo tiempo, probará la autenticidad o no de las llamadas experiencias fuera del cuerpo examinando la capacidad de “ver” y “oír” durante el estado de muerte clínica. Para ello, los investigadores utilizarán imágenes aleatoriamente generadas, que se ocultarán para poder ser vistas sólo desde arriba.

El estudio se completará con la investigación BRAIN-1 (Brain Resuscitation Advancement International Network - 1), que consistirá en realizar tests psicológicos a pacientes que hayan sufrido paradas cardiorrespiratorias, y en la aplicación de técnicas de registro de la actividad cerebral para intentar determinar métodos que mejoren el cuidado médico y psicológico de enfermos en este estado.

Fuente: Tendencias 21.

lunes, 30 de abril de 2012

Descubren la conexión entre los genes, el tamaño encefálico y la inteligencia



Paul Thompson. Fuente: UCLA.
Un equipo internacional de científicos ha logrado crear un mapa de los genes humanos que aumentan o dificultan la resistencia encefálica a distintos trastornos neurológicos y mentales. Mediante este estudio, publicado en Nature Genetics, se han identificado genes nuevos que podrían aclarar las diferencias que existen en el tamaño del encéfalo y en la inteligencia. Los resultados también podrían resultar útiles en el desarrollo de nuevos tratamientos farmacológicos.

Más de doscientos científicos de cien instituciones se plantearon dos objetivos comunes. "Buscábamos genes que aumentasen el riesgo de padecer una enfermedad concreta que pudiera ser heredada por los hijos", explicó el profesor Paul Thompson de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), miembro del Laboratorio de Neuroimagen de la UCLA, en Estados Unidos.

"Buscábamos factores que provocasen atrofia tisular y redujesen el tamaño del encéfalo, un marcador biológico de trastornos hereditarios como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión, el Alzheimer y la demencia", añade el investigador.

El profesor Thompson y sus colegas de Australia y Países Bajos iniciaron hace tres años el proyecto  ENIGMA («Mejora de las técnicas de obtención de imágenes genéticas mediante metaanálisis»), dedicado a poner en común imágenes de escáneres encefálicos y datos genómicos.
 
Este trabajo se diferencia de otros anteriores en que se ha medido el tamaño del encéfalo y de los centros de la memoria mediante múltiples imágenes por resonancia magnética (IRM) obtenidas de más de 21.100 personas sanas, cuyo ADN (ácido desoxirribonucleico) se ha cribado.

El equipo científico observó cambios leves en el código genético de personas con un tamaño encefálico menor. Según el equipo, los centros de la memoria también presentaban menor tamaño. Cabe reseñar que los mismos genes afectan al cerebro de forma similar con independencia del origen geográfico del sujeto estudiado.

"Millones de personas portan variaciones en su ADN que aumentan o disminuyen la susceptibilidad de su encéfalo a padecer una amplia gama de enfermedades", indicó el investigador de la UCLA. "Tras identificar el gen es posible tratarlo con un fármaco para reducir el riesgo de enfermar. También es posible tomar medidas preventivas mediante el ejercicio físico, la dieta y la estimulación mental con el fin de eliminar los efectos de un gen defectuoso".

El equipo también dio con genes a los que podían atribuirse diferencias individuales en la inteligencia, y descubrió una variante de un gen denominado HMGA2 que influye en el tamaño del encéfalo y en la inteligencia.

Fuente: Tendencias 21

viernes, 20 de abril de 2012

La interpretación de las expresiones faciales no es universal.

Por Marel Pérez Pérez


Ilustración que muestra las diferencias de percepción de seis expresiones faciales de emociones básicas, entre individuos caucásicos (WC) y asiáticos (EA). Fuente: Universidad de Glasgow.
Muchas veces podemos desconocer que nos encontramos viviendo en uno de esos momentos relevantes y trascendentes en la historia de la Ciencia. Hasta hace pocos dias la Teoría propuesta por Charles Darwin en su libro La expresión de las emociones en el hombre y en los animales, había servido de fundamento a las hipótesis biológicas y sociales que plantean que las expresiones faciales forman parte de un lenguaje universal.
Era algo común que entendiéramos poder predecir las seis emociones básicas: alegría, tisteza, sorpresa, repugnancia, ira y miedo (consideradas universales), tomando en cuenta las expresiones faciales; sin embargo, un reciente estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, señala que la comunicación de las emociones cambia en función de la cultura.
La Investigación transcultural, llevada a cabo por un equipo de científicos europeos con 15 sujetos occidentales y otros 15 orientales, consistía en que estos lograran identificar en personas de su etnia y de otras culturas las emociones que transmitían, al presentarles 4.800 animaciones de caras.  Se usaron técnicas de procesamiento estadístico de imágenes para analizar cómo construían los diversos participantes sus propias representaciones mentales (imágenes que cada uno ve en su mente al mirar a alguien) sobre determinadas expresiones faciales.
Según Rachael Jack, autora principal del trabajo e investigadora del Instituto de Neurociencias y Psicología de la Universidad de Glasgow (Reino Unido): “Los datos nos muestran que las expresiones faciales no son universales, sino que han evolucionado y se han diversificado desde sus raíces evolutivas básicas para mejorar la comunicación de las emociones en la interacción social”.
De acuerdo a esta investigación, los occidentales lograban distinguir las seis emociones básicas, mientras que los orientales superponían algunas de ellas, confundiendo, sobre todo la sorpresa, el miedo, el asco y la ira.

En relación con la intensidad de las emociones, en una escala del uno al cinco, los orientales se fijaron en las señales de la región del ojo para reconocer el grado de alegría, miedo, repugnancia e ira en una persona. En cambio, los occidentales dedujeron la magnitud de la emoción por otros músculos faciales.

Los investigadores concluyen que, las diferencias culturales pueden causar las interpretaciones inadecuadas de las señales emocionales, por lo que se hace necesario el conocimeinto de estas diferencias para lograr favorecer las interacciones de los individuos de culturas diferentes.
Y como de ciencia hablamos, nos resta seguir asistiendo a la implementación y publicación de nuevas investigaciones sobre este interesante hallazgo, solo de esta forma es que se podrían establecer nuevas teorías al respecto. Me parece que el Dr. Carl Lightman ( Personaje de ficción de la Serie Lie to Me), debe sentir que su suelo se mueve y quién no lo haría ante la interesante y avasalladora aistencia al cambio de un Paradigma.

Fuente: Tendencias 21


jueves, 29 de marzo de 2012

¿Tener amigos nos cambia el cerebro?.

Por Marel Pérez Pérez.

''Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero.''
                                                                                                        Shakespeare




Uno de los principales indicadores a la hora de realizar una evaluación de la personalidad de un individuo, lo constituye la capacidad de establecer y mantener relaciones interpersonales. El número de amigos, el tiempo de amistad y los tipos de interacciones amistosas que se producen, nos ayudan a determinar aspectos importantes en la adaptación y manejo social del individuo.

Investigaciones recientes llevadas a cabo por un equipo de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido y publicadas en la revista ''Proceedings of the Royal Society B'' concluyen que, la corteza prefrontal, una región del cerebro que se sitúa sobre los ojos, es más grande cuanto mayor es el número de amigos con los que contamos.

Esta investigación sugiere que para lograr mantener un determinado número de amigos, se hace necesaria la utilización de una habilidad cognitiva llamada “mentalización”, la que se define como la capacidad de entender lo que otra persona está pensando y su estado mental a partir de su comportamiento. Esta habilidad es crucial para manejar nuestro complejo mundo social, incluso para conversar con los demás (amigos o conocidos). Y aumenta cuanto mayor es el tamaño de la corteza prefrontal, según revelan las técnicas de neuroimagen usadas por Robin Dunbar y sus colegas del Instituto de Antropología Evolutiva y Cognitiva de la Universidad de Oxford (Reino Unido).

Aunque no se deja claro en la investigación, no debemos enfocarnos al analizar el complejo mundo de las relaciones interpersonales, solamente en el aspecto cuantitativo ( número de amigos), sino mas bien en la calidad de las relaciones que se establecen y en lo mantenidas o no que han logrado ser estas a lo largo del tiempo.

Según el investigador Robin Dumbar: “Quizás esto nos ayude a entender por qué los humanos tienen cerebros más grandes que otros primates”.



Fuente: Muy Interesante.es

Confirmado: la comida rápida y la depresión van de la mano.



hamburguesaEstudios liderados por científicos de dos universidades españolas ( Universidad de Navarra y la Universidad de las Palmas de Gran Canaria) han puesto de manifiesto una vinculación entre la alimentación basada en la comida rápida y el riesgo de sufrir estados depresivos. La investigación se ha publicado en la revista Public Health Nutrition.

La investigadora Almudena Sánchez-Villegas, explica que "cuanta más comida rápida se consume, mayor es el riesgo de  depresión", lo que  indica no solo una vinculación cualitativa sino también cuantitativa. Y es que de hecho, según los datos manejados por los científicos, quienes consumen comida rápida presentan un incremento del riesgo de desarrollar depresión del 51 por ciento mayor respecto a aquellos que no se alimentan de este tipo de comida.
Dos han sido los estudios que han certificado este vínculo. En un primer análisis publicado el pasado año en al revista PLoS One se analizaron 12.059 personas durante seis años, cuantificándose un incremento del riesgo de depresión del 42 por ciento.
En un nuevo trabajo realizado sobre 8.964 personas que nunca habían tenido depresión, dentro del proyecto de Seguimiento Universidad de Navarra, los resultados han sido todavía más extremos. Como apuntan los resultados entre todos los participantes en el análisis, al cabo de una media de seis años, 493 fueron diagnosticados de depresión o comenzaron a tomar antidepresivos.
Según el análisis, quienes ingieren más comida industrial y comida rápida son más propensos  a estar solteros, ser menos activos y tener un "patrón dietético peor". Además, según los investigadores, el consumo de tabaco y el mayor volumen de trabajo eran otras características destacadas de las personas que consumían más comida de este tipo.
Ante estos alarmantes datos la profesora Sánchez-Villegas, de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria es tajante "aunque son necesarios más estudios, debería controlarse el consumo de este tipo de alimentos debido a su implicación en la salud, tanto física como mental".

Fuente: Muy Interesante.es