viernes, 29 de octubre de 2010

Hablar por celular o textear mientras se conduce es igual o más peligroso que conducir bajo los efectos del alcohol.

A diario vemos personas en nuestras calles manteniendo una conversación telefónica y /o texteando mientras conducen. Pero, qué pasa en nuestros cerebros en esos momentos?: las regiones responsables de mantener la conversación compiten con las que se encargan de ejecutar tareas visuales. En el año 2008, la Universidad de California del Sur realizó un estudio donde encontró que hablar por celular distrae la atención de los conductores hacia la llamada que reciben y los vuelve más vulnerables a accidentarse, incluso, que cuando manejan bajo estado de embriaguez.
Las investigaciones sobre el tema, afirman que hablar por celular mientras se conduce, reduce el tiempo de reacción en un 10% cuando se debe frenar y en un 20% si hay que acelerar después del frenar demostrando que un conductor que habla por celular, es de por sí dañino para la circulación normal del tráfico.
Inclusive, quienes conducen hablando mediante manos libres, bluetooth ó audífonos, pueden llegar a irrespetar señales de tránsito tres veces con mayor frecuencia, que quienes conducen sin distracción. La concentración se pierde y las reacciones ante situaciones improvistas son mucho más lentas.
Cuando se marca un número celular, la persona distrae su atención del entorno y de su conducción responsable, en al menos cinco segundos, lo cual corresponde a treinta metros sin control consciente del vehículo.

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